En Guatemala el ganador de la primera vuelta electoral fue el voto nulo. Esta opción obtuvo más votos que cualquiera de las 20 fórmulas presidenciales que se presentaron, y obtuvo más votos que cualquier candidatura: poco menos de un millón de votos fueron nulos.
La inconformidad con el sistema político fue el gran detonante de lo que ocurrió en primera vuelta, según concuerdan analistas consultados que señalaron el tenso ambiente que se vive en Guatemala de cara a la segunda vuelta que se disputan Sandra Torres, candidata presidencial del partido Unidad Nacional de la Esperanza, de tendencia de derecha, y la sorpresa electoral de este año, Bernardo Arévalo, del partido Semilla, un candidato que no aparecía en las encuestas como favorito, pero que obtuvo el segundo lugar.
Lo que ocurrió allí antes de la primera vuelta el 25 de junio fue la suspensión de varias candidaturas presidenciales: las de Carlos Pineda, del partido Prosperidad Ciudadana; la de Roberto Arzú, del partido Podemos; y el candidato a la vicepresidencia Jordan Rodas, por el Movimiento para la Liberación de los Pueblos, que era fórmula de la candidata Thelma Cabrera. La decisión llevó a estos líderes políticos a elevar dudas sobre la transparencia del proceso electoral e impulsar el voto nulo.
"El voto nulo es un voto de protesta. El guatemalteco de a pie está molesto con la política de Guatemala", le dijo a CNN Alberto Aragón, analista político de Aragón y Asociados desde Ciudad de Guatemala, señalando que sin importar si los Gobiernos han sido de izquierda o derecha, ninguno de ellos "ha logrado las necesidades de los pueblos".
"Es un voto de protesta contra el sistema, ya ni siquiera contra los candidatos, sino contra el sistema mismo", agregó Aragón.